viernes, marzo 16

El caminar por el aire

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

No sólo los ángeles pueden caminar por el cielo, hay seres sin raíces, hombres sin ataduras que lo hacen y pueden incluso disfrutar del aire. Sin embargo, hay seres cuyo castigo es caminar por el aire, seres sin arraigo, vagabundos.

Para el ser que camina es dificil entender la sensación del vértigo que significa caminar en el aire. Cada paso es un paso temeroso, no hay seguridad de cuando se detendrá el pie. El vertido es una sensación repetiva e inadaptable, el moverse se convierte en una penitencia constante e ininterrumplible.

Los caminantes del aire no pueden descansar, ya que no pueden sentarse ni acostarse. Dormitar es lo único que pueden hacer, pero sufren terribles pesadillas de caer en vacío o en abismos sin fin. Al despertar no hay un hogar ni un lugar conocido para buscar sosiego. La desesperación es la reina y los pies se elevan más y más a alturas inconmesurables, donde todo es azul, no hay un arriba ni un abajo, todo se da vueltas. De pronto sobreviene la caída. Muy fuerte y rápido, se siente morir... De cabeza se va al suelo, rápido, ahí está... se acerca!. Al final cierras los ojos y se detiene. Estás a un milímetro del suelo. Pero no, nunca tocarás el suelo, sólo el día en que la tierra te cubra por completo.

No hay donde descansar, no hay donde dormir, no hay donde arraigarse, todo es flotar, vértigo y desesperación.

Asterión recuerda aún aquel día maldito cuando deseó volar...

miércoles, marzo 7

El encerrarse [y más]

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Encerrarse es temer. Es protegerse contra la autodestrucción. El cansancio gana, la razón ha dominado hasta las ganas. No hay razón para vivir. No importa, así se puede estar.

Cuando aparecen oportunidades es necesario olvidar. Comienza el encierro. El ser es atrapado, es coartado de expresión.

Calla inquietud! Calla asombro! Calla desesperación!
Ya no tienen cabida en este mundo!

El vivir obliga a olvidar las cosas que nos preguntamos, lo que nos asombra, todo lo que nos une a los más simple del ser, del universo, lo que nos conecta con la humildad de ser una luz débil, un fuego fatuo.
Vivir en agonía es la única manera de disfrutar el dolor de estar vivo. Es sentir en carne a cada instante la muerte, pero al mismo tiempo el impulso más noble que es crear... La paradoja del ser finito: el querer perpetuarse en un mundo que también es finito... si o no vale la pena, no es un motivo de cuestionar... Porque si no vale la pena, ya nada tiene sentido. Excepto una vida misma como un recreo. Una pausa en el vacío. Un respiro de vida en una eternidad de muerte y de nada.

Si la vida vale sólo por ser vida y no por las cosas que trates de perpetuar, sino vale por el goce de vivirla y disfrutarla, el enfoque de nosotros está mal. De qué sirven los bienes, el dinero, sino hay nada real que comprar u obtener?

Sin embargo, el impulso creador es algo imparable, dede el ser más pequeño, al más avanzado... Y el arte como parte del impulso es compartir la maravilla de tu vida con los demás. Es mostrar un camino frente al universo, a nuestra corta, pero suficiente vida.