otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...
Dentro de todas las estrellas que pasan corriendo por los cielos, Asterión un día eligió una.
Le contó medio dormido de el sueño de capturarla dentro de sus manos y luego durmió.
Pasó el tiempo y Asterión avergonzado de su osada actitud prefirió hacer como si nada había pasado y ocultó en un rincón oscuro y lejano una cajita con el deseo dentro de ella.
Lo que jamás pensó es que esa caja empezó a aparecerse en todos lados, en cada rincón de la casa, cada vez más evidente, cada vez más seguido, hasta que un día Asterión agarró esa caja y la abrió. No había nada, pero ya era evidente que no podía evitar ir a buscar esa estrella.
Al primer viento, el Castillo de Naipes sucumbió.
Asterión solo tuvo que cerrar los ojos y poner la mano.
Qué cálida sensación...
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