sábado, enero 8

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Sólo sé que tu aroma inundó mi mundo y abrí los ojos y vi claramente la flama ante mi...
Si... creo que me miraste a los ojos... no... en realidad fue lo que yo sentí... aunque sé que ni te percataste de mi canto, aquel que terminó abruptamente cuando mis ojos vieron tus llamas incandecentes...

Sólo sentí que caía eternamente en la más triste amargura, que acompañada de pequeñas lagrimas y un canto eterno estaban conmigo en la soledad de la noche de la ciudad de los hombres. Asterión había salido... estaba ingrávido, volátil y eso debe haber llamado a la presencia de ella. Sé que ella no fue consciente, pero en verdad mis deseos de verla han sido mayores... aunque el dolor es casi insoportable...

Y lo más terrible es que ningún amor se compara al de ella, ningun abrazo suple su calor, ningúna palabra su ternura... ningun recuerdo se iguala a la nostalgia de sus ojos...

La historia continuó para Asterión... todo fue feliz, pudimos sonreir... lastima que sólo Freud podrá entender el significado del encuentro siguiente...