viernes, septiembre 14

El Segundo Único

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

El sentimiento se apodera de Asterión y lo nubla en el torbellino de la duda y de la incertidumbre.
La razón está ahí, no necesita inhibirse... porque esta vez, ella entiende al sentimiento.
Aquel regalo tan grande, un sentimiento, se hizo pedazos...
Tal como una joya en serie es un bello adorno, pero no brilla, no brilla porque no es única, no es irrepetible, no tiene el sentimiento creador impregnado, sólo huele a aceite quemado y carece de alma.

Asimismo destruiste aquello que me conmovió, aquello que acepté y lo hice mío.
La idea de la exclusividad, de el momento especial, de el segundo único se rompió, y pude observar aquello que no había percibido antes: El terrible olor al aceite y a máquina en mi corazón.

miércoles, septiembre 5

El Suelo

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Y quedé allí mirando el suelo, Mirando algo que sabía que estaría ahí, que no se movería.

Y me quedé allí mirando el suelo. En realidad miraba más allá. Miraba dentro de mi, buscando el motivo de semejante dolor.

Ahí quedé mirando el suelo, y lo miraba porque el dolor me sobrecogía, levantar la cabeza era sólo para darme cuenta que ya no estabas. Y peor... que nunca estuviste

lunes, septiembre 3

Los ojos que ven en la oscuridad

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Asterión! has sido nuevamente diezmado por la abulia y las circunstancias.
Aún no determino si es un cuadro constante y cíclico, o es simple abulia sin motivo más que algo que anda escondido por los pasillos. Puedo abrir los ojos en la oscuridad y ver entre las sombras cosas que no se ven a plena luz ni con ojos humanos. El dolor leve, pero constante te hace ver cosas que los demás no ven [o será el delirio?], aparecen seres que exclaman gritos sordos y te muestran las fauces más profundas existentes, aquellas que sólo puedes olvidar a ratos, pero constantemente están rondando tu cabeza.

Asterión comprende que el ser atormentado sólo quiere libertad, tranquilidad, que no es un momento para preocuparse por nada más que por ser feliz y disfrutar de la vida y el ser. Las cadenas que tratan de sacar a Asterión del laberinto son distintas, ellas atan con una voluntad pasiva, resignada, te tratan de llevar a ciudades industriales, donde los ruidos metálicos abundan. Donde el metrónomo diario te ensordece... Aquel metrónomo es el que me está volviendo loco...