sábado, julio 1

El Descaro

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Asterion se sorprende demasiado. En realidad ya nada es sorpresa, hace bastante tiempo ya la Monarquía de la Isla está en peligro por el Dictador más grande de la historia, esos embriagados en el poder de las armas, la ley, el comercio y de la libertad personal. Ya me parece increíble ver actos infames, frases sin justificación, veo sólo deseos propios llenos de egoísmo, desesperación, y abuso de poder. El contruir plazas, restaurar edificios, comprar carrozas nuevas para la Isla, es sólo el disfraz y el pago culpable por los actos cometidos. Esta vez, a nadie le importa, y si esbozo una sonrisa, es porque casi me da risa su patética risa culpable y el ánimo del "aquí no pasa nada".
Asterión se siente tan furioso, tan iracundo que sus manos se retuercen esperando encontrar carne que desgarrar, mis mordaz lengua se arrebata desesperada dentro de la boca esperando maldecir y vomitar tanta, pero tanta mierda acumulada. El pueblo está rabioso, no aguanta. Se va. Asterión queda sólo con el Rey en su esbozo de laberinto. Lo más que deseo es poder levantar la mano ante el rey y declamar la opinión de las clases bajas.

Asterión siente la furia de una guerra civil, el poder de las armas aparece, el puño en alto, derrocar al poder. Lo que no importa, porque esto ya es una anarquía, y nada peor que una anarquía con un maniquí arriba del podio. Asterión muy pronto tendrá la libertad y la oportunidad de subirse y declamar. Veremos que resulta de eso.

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