jueves, noviembre 9

La Aceleración (o el deportista)

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Hoy descubrí mi lado deportista. Quién lo dijiera. Sí, de aquella época lo heredé. Siempre corriendo detrás de nada.
No siempre lo supe, primero era como un instinto, derivado quizás de mi multifascética personalidad, el correr como buscando algo. [o aparentar buscar algo].

Crecí. Se hizo más consciente. Y seguía corriendo cada vez más acelerado y sin cansarme. Angustia.Bienvenida. Correr y correr cada vez más rápido sin una meta o destino crea angustia. Y amarga es.

Hace unos días un deportista amigo me comentó en cuán similar situación estaba. El Corría ¡y yo no lo podía ver! Iba a delante o quizás atrás mío. Qué se yo. Me comentó que corría y le encontró una justificación. Según él, algún vacío existencial. En mi caso, es más una desesperación por aprovechar la vida. Me hace acelerarme. Me angustia. Me desespera. Me amarga. Cada día es más corto que el anterior. Cada día la vida se hace más corta. Doble angustia.

Debo parar. Detenerme. Dejar morir al tiempo... aunque sean dos segundos.

Parar y disfrutar. El tiempo "perdido" también puede ser valioso. Respirar, tomar aire, escuchar lo que no prestamos atención, ver detalles, descubrir cosas maravillosas en cosas comunes.

Esta carrera deportiva hace mal, pero si trato de detenerme de improviso, seguramente hará mal también... ¿qué hacer?

No hay comentarios.: