lunes, enero 25

La Resta

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Si de ti, resto un Asterión, tengo un 1.
Tu eres Tres, siempre Tres. Dos Tres juntos, dos números consagrados que se te aparecen.
Asterión es dos. No siempre lo fue y, aunque a veces parezca 13,  es un dos.

Tu tendencia natural es hacia el tres, hacia lo impar, lo incompleto, lo incompletable.
Siempre resistente a la conformación, como un electrón desapareado, buscando algo para estabilizarse.
Tu número te condena a veces y me condena a mi a buscarte y darte una mitad de mi, aunque yo quede disparejo.
Y así se me siento, desapareado, como un 1. Simple, pero ansioso de algo más...
será que por ayudarte, quedo yo sometido a tu destino?
A eternamente buscar algo que no puedo encontrar?
Vale la pena estabilizarte a ti, cuando quedo cojo yo?

2 comentarios:

2 + 2 = ∞ dijo...

Lo que vale la pena es ser un ente divino que es capáz de entregar su propia mitad sabiendo que será observado como un ordinario más frente al mundo.

¿No es quizás el error buscar siempre un 3 cuando debería usted buscar un 2?

Otro 2 que sea también al igual que usted capaz de entregar su propia mitad...

Gabriel dijo...

Toma mucho coraje aceptar que eso que entregamos no es nuestro, es algo que aparece cuando hay quien lo reciba. Y que eso otro que "queda" es todo lo que siempre hubo, y que no necesita nada más.

pd: Man, te vas a llenar de spam.