miércoles, septiembre 6

El Castigo Divino

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Asterión nacio maldito, sí maldito por los dioses. Pero, asimismo, nació como un dios; un dios con muchas virtudes y poderes sobrehumanos, muchas cosas que los mortales envidiarian. Asterión así también nació con la soberbia de un dios, que ahora resalta como el pecado más recurrente.

Asterión promete a los dioses, los tienta con su buena fortuna, los enmaraña en historias, propuestas, caminos y desvíos, mas los dioses son de una casta más antigua que la de Asterión y reconocen la parte humana, que hace a Asterión un simple ser más. Aprovechandose de su soberbia lo hacen caer, recaer, sufrir, palpitar su corazón, subir la adrenalina a niveles extremos. La culpa, el miedo, la el fatídico castigo! Asterión no debe desafiar a los dioses, por más que él sea uno de ellos.

El laberinto te refugia Asterión, el laberinto te sigue ahogando y atrapando.
La espada para vencer a los hilos del miedo está perdiendo el filo.
Si se quiebra... aparecerá otra más fuerte, como siempre ha sucedido?
Será el caer el comienzo de un caminar más fuerte?

Asterión deja caer la espada, deja que los hilos se avalancen sobre el y cierra los ojos.
No duele. No se siente nada. Piensa en otra cosa.
Ya habrá tiempo para librarse de ellos.
Mañana, o tal vez mañana... o después de mañana.... o después de mañana...

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