viernes, febrero 23

Los Días Oscuros

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Asterión camina por pasillos vacíos, pasillos que extrañaba.
El deseo de la tranquilidad te aleja un poco de los pasillos fieles, te deja sin conocimiento y las lunas pasan sobre ti sin piedad. Ya más de tres lunas completas han pasado y Asterión yacía sin mucha consciencia de lo que pasaba. El ser dormía, mientras que el cuerpo revoloteaba por los campos sin su cabeza.

Asterión despierta un día de sol. El sol brilla allá arriba con más fuerza que nunca, pero a los ojos de Asterión todo es oscuridad. Aquella oscuridad exquisita en donde caminas por donde los demás no se atreven a pisar, te separas del mundo y caminas disociado de él. Aquella sensación de divinidad es propicia para entrar en el universo y fundido con el encontrar las respuestas para las preguntas que aún no existen.

Asterión se maravilla con los recuerdos, con lo simple de una tonalidad, del movimiento. El universo baila ante tí, mostrando su maravilla y su constante movimiento. Todo sigue, nada te espera. Asterión disfruta de una compañía paralela. Tus labios dicen algo y tu presencia dice otro mensaje, sin embargo, es coherente... Ambos complementan el paisaje que se muestra.

Asterión disfruta de estos días de oscuridad cual pajaro disfruta de un sueño en un eclipse y luego sale a cantar. La oscuridad del ser lo remonta a sus más profundos rincones... donde se encuentra lo esencial y lo que realmente nos hace ser...

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