sábado, febrero 24

La Maraña

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Asterión está en oscuridad.
Alguien prende la luz.

Asterión no reconoce su cuerpo. Está mi hombro, mi rodilla, mi empeine y luego mi espalda.
Por detrás de mi rodilla sale mi cuello y se enrosca en mi torso.
Mi mano se desliza por dentro de mi oído y me hace escuchas cosas que no quisiera.
Parece que mi estómago se revolvió con mi cerebro, tanto así que no sé si estoy pensando o vomitando. Palabras sucias salen de mi boca que roza el suelo y pensamientos inseguros se deslizan entre el cariño y el espanto.

Ni moverme puedo, pues no he encontrado mis pies aún.
Las lágrimas brotan, hacia adentro, y mi cara se mantiene con una sonrisa...
la máscara se ha quedado pegada, y mis manos están muy lejos para alcanzarla y tirarla.
Aunque creo, que si pudiera, tampoco lo haría.

Lo que tengo claro es que el corazón se ha reventado, no ha aguantado este juego.
Se ha revuelto con todo, combinando sentimientos que jamás debieron estar juntos y mezclando simpatías con odios. Mi boca grita hacia adentro, llenandome de palabras que no hacen más que confundirme.

Me ahogo por dentro, todo por culpa de esta maraña.

2 comentarios:

Ariadne dijo...

Me identifica como pocas cosas.

Hay veces en que el toro se asemeja al lobo...

Saludos

Rakeru Viu dijo...

Cuando las redes de la realidad nos envuelven con sus ramas poderosas, sin siquiera dejarnos respirar... importa siquiera el peligro de que si nos movemos terminaresmo muertos por la asfixia? Porque cada vez que intentas safarte, te envolveran más...
Pero recuerde... el corazón es el último en morir y por eso... él que más sufre...