miércoles, febrero 23

otro dia mas...arriba, el intrincado sol; abajo, Asterion...

Cómo no escribir algo cuando la muerte se acerca, quizás dejar un rastro de vida antes del final.
Sí, dejar una marca de sangre para que la gente se acuerde con ese elixir de la vida, de la fragilidad entre vivir o morir...
La muerte me rondó... la muerte estuvo conmigo... La Asesina... acercandome a la ansiada muerte... Mostrandome los infiernos y los campos elíseos con solo hacer brillar su espada con la luz de la luna... ¿Cuándo será el día en que empuñes esa espada y atravieses sin miedo mi corazón?
Hay ocasiones en que estado apunto de creerlo... y he visto tus ojos brillar con mi sangre, que estoy seguro desearías ver correr...
Para luego pasear por los campos verdes con mi cabeza en tus manos, mirando el suave gesto de mi rostro antes del final.

Siempre es grato ese escalofrío... cuando la hoz roza tu cuello suavemente marcando territorio...
Y sí, escribo, siento que escribo como antes...
con el espíritu de antes... con el Asterión lleno de vida, esperando al redentor...
aunque esta vez sé... que lo terminaré matando yo, antes que él a mi...

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